Como Formador CAP en muchos de los cursos de formación que organiza Transcalit, Jaume Fornos nos da su punto de vista sobre distintos aspectos que actualmente están afectando a los profesionales que se dedican al transporte de mercancías por carretera.
Es manifiesto que faltan conductores profesionales y que ya se empieza a notar la falta de un relevo generacional ¿Cómo se ha llegado a tal punto?
Es cierto, y ya hace unos años que nos empezamos a dar cuenta, que ser transportista profesional o conductor de camión no es atractivo para los jóvenes.
Hay varios motivos que nos han llevado a esta situación. Se trata de una profesión que exige dedicarle más horas de las ocho que serían habituales y este exceso de horas no se ve compensado por un sueldo acorde. La gente joven, que quizás se pueda plantear ser transportista porque no encuentra otra salida laboral, se desalienta cuando le dicen que va a cobrar poco más de 1.500 euros –o incluso menos– y que, encima, poco tiempo le va a quedar para estar con su familia o sus amigos porque, muy probablemente, estará fuera de casa unas 15 horas. Incluso hay profesionales de más edad que renuncian a ciertos trabajos ya que, a pesar de que les pagan bastante más, quieren conciliación familiar.
Esta falta de gente más joven en el sector la percibimos en los cursos de formación CAP que organiza Transcalit, en los que una buena parte de los alumnos está en una media de edad de entre 45 y 55 años.
Parece ser que la Administración quiere mejorar las condiciones laborales, como lo demuestra el reciente Real Decreto Ley 14/2022 que prohíbe que los conductores realicen las labores de carga y descarga de los vehículos, lo cual libera al transportista de un trabajo pesado extra.
Otro aspecto a tener en cuenta, y que también afecta negativamente a la profesión, es el hecho de que los transportistas apenas cuentan con instalaciones seguras en la ruta, como los parkings vigilados y con servicios adecuados, lo cual les genera una inseguridad que puede incidir a la hora de decidir continuar o no con la profesión.
¿Cómo y cuándo puede empezar a revertirse esta situación?
Partiendo de la base de que el mercado se autorregula, a medida que vayan faltando más conductores y las empresas tengan más camiones parados, es cuando se empezará a notar un pequeño progreso y los salarios de los transportistas irán al alza progresivamente, aunque ello sucederá más a medio plazo que a corto.
También ayudaría a revertir la situación si el grueso de los transportistas profesionales se negase a realizar servicios a precios que están por debajo del coste real del transporte, en el que hay que sumar a la nómina del conductor, el combustible (que, con las últimas subidas, estará cerca o sobrepasando el 40% del coste total del porte) o la amortización del vehículo, entre otros.
Esto supone que, según los últimos cálculos, el coste por km en 2021 (vehículo 40Tn) estaba entorno a 1,23€/km (siendo muy optimista) y el mercado muchas veces nos lleva por debajo del euro, con el argumento de que es un retorno… Es decir, al final todo es a precio de retorno y, en el peor de los casos, sin retorno sabiendo que transportar aire es muy caro.
Sé que es muy difícil competir contra ciertos precios, pero si se trabaja por debajo de coste, cuantos más kilómetros hagamos, más rápido tendremos que bajar persianas.
Asimismo, los conductores tendrían que rechazar aquellos transportes en los que la parte contratante les obligara a saltarse normativas como los tiempos de conducción y descanso, ya que el riesgo de fatiga en la ruta y las sanciones se pagan muy caras.
¿La competencia desleal es otro de los problemas que afronta el sector?
Si, precisamente la falta de conductores a nivel nacional y los bajos precios que algunas empresas pagan por realizar un transporte ha propiciado la entrada de otros chóferes procedentes de otros países, que aceptan sueldos muy bajos, muchas veces por necesidad. Pero no creo que esta sea la solución para mejorar el transporte y dignificar al conductor profesional.
Inevitablemente, esto genera que los transportistas que apuestan por defender sus derechos y sus salarios estén en condiciones de inferioridad.
Pero es importante destacar que países como Francia han puesto en marcha leyes que persiguen, precisamente, que los transportistas trabajen por debajo del salario mínimo en transporte de ese país.
Por otro lado, conviene no olvidar que trabajar por poco dinero y durante muchas horas al día genera fatiga e inseguridad y la consecuencia de ello es un aumento de los accidentes que, desgraciadamente, estamos constatando.
Finalmente, creo que las inspecciones en el transporte de mercancías por carretera son necesarias, aprovechando las ventajas que ofrece el tacógrafo inteligente, que evita tener que parar al transportista cuando cumple con los tiempos de conducción y descanso, y sí incide en aquellos que no lo respetan.
Y, también, aprovechar la existencia del buzón de denuncias anónimas que el Ministerio de Fomento pone al servicio del sector para, precisamente, facilitar la labor de inspección y, en caso de haber incumplimientos de las leyes, poder sancionar debidamente.
¿Cómo puede ayudar la formación, como la que ofrece Transcalit, a conseguir empezar a revertir estos problemas?
Es primordial dignificar a los profesionales que se dedican al transporte de mercancías por carretera y la formación es un elemento que puede ayudar porque, entre otras cosas, les aporta nuevos conocimientos en seguridad y nuevas técnicas en conducción eficiente y sostenibilidad o en el uso de las nuevas tecnologías aplicadas al transporte para reducir consumos, entre otras cosas.
Por esta razón, en la formación de Transcalit incidimos en estos tres ámbitos:
- La seguridad de los conductores, debatiendo el buen uso de todas las ayudas electrónicas de seguridad ADAS, frenos ralentizadores, neumáticos y adherencia, entre otros.
- Reducción de consumos y contaminantes con técnicas de conducción eficiente más actuales como el Eco-roll, conducción inercial y los nuevos cambios predictivos;
- Reducción de sanciones por desconocimiento de las nuevas normativas en materia de tacógrafo digital, así como un repaso de las normas de tráfico relativas a los vehículos profesionales.
Es importante destacar que, ahora que el precio del combustible está al alza y que ello supone una merma en los ingresos de los transportistas, la conducción eficiente puede ser una buena arma para paliar ese aumento de los costes. A modo de ejemplo, está comprobado que las técnicas de conducción eficiente pueden generar un ahorro de entre tres y cuatro litros a los 100 kilómetros y pasar de los 31/32 litros a los 28/29 o, incluso, a los 27 litros. Además, también hay una reducción en costes de mantenimiento de los frenos, entre otras ventajas.
Este menor consumo de combustible puede generar un ahorro para una empresa de entre 300 y 400 euros al mes por vehículo, con lo que, si el conductor recibe algún incentivo, seguirá mejorando en esta línea.
Una buena y completa formación ayuda al conductor profesional a tener mayores y mejores conocimientos sobre aspectos técnicos y normativos que, bien aplicados, pueden proporcionarle una mayor seguridad vial y una reducción de consumos y contaminantes, sin duda.
Y este es el máximo interés que tiene Transcalit cuando desarrolla sus cursos de formación continuada; ayudar a los transportistas a que puedan desarrollar su profesión con seguridad, eficiencia y con un equilibrio entre costes e ingresos que les pueda dar un mayor nivel de vida.
En definitiva, se trata de cuidar a los conductores profesionales porque son un sector esencial y un colectivo muy sacrificado; sin ellos, los ciudadanos no tendrían nada que consumir. Mirando a nuestro alrededor podemos comprobar que todo, absolutamente todo, en algún momento de la cadena de transporte lo ha transportado un conductor profesional en su camión para que llegue a nosotros.