ASOLIGAS, la Asociación Provincial de Transporte de Líquidos y Gases Licuados, es una asociación adherida a TRANSCALIT formada por empresas que ofrecen servicios de transporte de mercancías peligrosas con un alto nivel de seguridad. Además de los problemas que afectan al sector, las empresas asociadas también sufren la atomización empresarial y las restricciones a la circulación.

 

¿Cuáles son los orígenes de ASOLIGAS y por qué se decidió crear una asociación específica de transporte de líquidos y gases licuados?

ASOLIGAS nació en los años setenta en el seno de Transcalit a raíz del importante aumento que había experimentado el transporte de mercancías en camión cisterna durante la década anterior.

Al tratarse de un tipo de transporte con características tan específicas, necesitaba tener una asociación que agrupara a los transportistas que se dedicaban a ello y en la que se pudieran abordar y tratar asuntos concretos de esta actividad.


¿Cuáles son los principales objetivos y prioridades de ASOLIGAS?

El principal objetivo es apoyar y dar soporte a las empresas asociadas, tanto a nivel individual como colectivo, en ámbitos como el asesoramiento laboral, en la interpretación y aplicación de la compleja legislación que nos afecta.

Otra labor importante de ASOLIGAS es la defensa de los intereses del sector del transporte en cisternas ante los diferentes organismos oficiales porque no podemos olvidar que la gran mayoría de nuestros asociados transporta mercancías peligrosas, lo que conlleva que las relaciones con las correspondientes autoridades no sean fáciles. En este sentido, el tema más importante para nuestro colectivo es nuestra responsabilidad, nuestro compromiso y, al mismo tiempo, nuestro reto irrenunciable ante la sociedad para conseguir que este tipo de transporte, que es esencial y necesario, sea completamente seguro.

Desde el terrible accidente en Els Alfacs, en 1978, hemos dado pasos de gigante y, desde hace muchos años, el transporte de mercancías peligrosas cumple con todas las normativas y regulaciones de seguridad establecidas, tanto a nivel nacional, como a nivel europeo. Es el resultado de un trabajo serio y comprometido, en el que no se han escatimado esfuerzos por parte de todos, empresas de transporte, Administración pública y entidades colaboradoras.


Además de los problemas generales que tiene el sector del transporte terrestre, como la falta de conductores o el elevado precio del combustible, ¿cuáles son los principales problemas que afectan al colectivo de empresas dedicadas a transportar mercancías peligrosas?

Nuestro sector tiene un problema importante, que arrastramos desde siempre, y que está relacionado con la atomización y dimensión de nuestras empresas, que son demasiado pequeñas a pesar de que nos movemos en un mundo en el que la mayoría de nuestros clientes son empresas con una dimensión económica muy superior a la nuestra. Esta circunstancia genera un desequilibrio que no es saludable para nuestras empresas y, por lo tanto, tenemos el gran reto de futuro de cambiar esta situación.

El resto de los problemas que tenemos son los mismos que, en general, sufre todo el sector del transporte terrestre de mercancías.


¿A nivel más local o autonómico, con qué problemas se encuentran?

Teniendo en cuenta que en una operación de transporte vamos de un punto de origen a otro de destino, evidentemente nos afectan las restricciones a la circulación que establecen las autoridades porque no solamente complican nuestro trabajo, sino que reducen nuestra productividad. Somos el país de Europa con más restricciones y esto no es bueno.


¿Cómo ve el futuro más inmediato del sector del transporte y cómo pueden las asociaciones como ASOLIGAS contribuir al cumplimiento de las reivindicaciones y los objetivos?

El futuro inmediato de nuestro sector siempre ha sido y continúa siendo complicado, pero las empresas vamos resistiendo gracias a nuestra extraordinaria resiliencia. Por otro lado, ha quedado sobradamente demostrado que el sector del transporte es imprescindible y que es un pilar fundamental para la economía del país.

A pesar de ello, cada vez se habla más de intermodalidad y de la necesidad de traspasar mercancías al ferrocarril, pero este modo de transporte no es una alternativa real hoy en día porque los clientes quieren agilidad, rapidez y eficacia y el tren no le ofrece estas prestaciones.

Hasta que el ferrocarril no ofrezca unos buenos servicios, las únicas operaciones susceptibles de ser realizadas por ferrocarril serán los grandes volúmenes de tráfico para clientes y destinos muy concretos.

Por otro lado, y pasando a otros ámbitos, tendremos que ver cómo evolucionan tecnologías incipientes como la conducción autónoma sin conductor, pero con el hándicap de que serán los políticos los que finalmente decidirán cómo y cuándo se incorporan estas y otras nuevas tecnologías. Por esta razón, es muy importante que tanto a nivel nacional como europeo tengamos unas asociaciones fuertes que sean capaces de influir en las decisiones que se toman en la Unión Europea. Nuestra visión no puede ser cortoplacista porque tenemos que hacer oír nuestra voz ante los organismos que toman las decisiones.

Por lo que respecta a las reivindicaciones, sería bueno conseguir que los avances técnicos de los vehículos se pudieran traducir en mayores dimensiones y capacidades de carga técnicamente posibles, en vez de vernos encorsetados políticamente con la finalidad de dar oxígeno al ferrocarril.

No es la carretera quien ha se subvencionar o solucionar este problema, renunciando a importantes reducciones de costes, a disminuir considerablemente la saturación de nuestra red viaria, a reducir las emisiones… Pienso que es demasiado caro el precio que pagamos por ello.


Josep Maria Ferrer

Presidente de ASOLIGAS

Propietario de Grupo Teifer